Según la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, más de 400 personas han muerto ahogadas en España en 2024. Los adultos en las playas son los más afectados, pero también los niños, principalmente en las piscinas. ¿Tienes un niño pequeño y una piscina en casa? Te explicamos los dispositivos de protección disponibles para garantizar una seguridad óptima.
Cada año, la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo nos recuerda las tragedias que pueden ocurrir en las piscinas, un lugar de relajación y placer. Tanto si la piscina es enterrada como si es elevada, y a pesar de los dispositivos de seguridad existentes (barrera, cobertura, alarma, etc.), cada año se producen numerosos accidentes, y los niños pequeños son los más afectados.
La regla más importante sigue siendo la vigilancia constante por parte de los adultos. Pero, esta vigilancia no es infalible, así que ¿cómo proteger a tu hijo del riesgo de ahogamiento?
A continuación encontrarás más información sobre cursos de natación, dispositivos de seguridad para piscinas y equipos de protección adicionales, como camisetas contra el ahogamiento.
Aprender a nadar es fundamental
Para proteger a tu hijo, además de una vigilancia constante por parte de los adultos, ¿y si pudiera salvarse a sí mismo?
Sin embargo, saber nadar no es una habilidad innata para tu hijo. Es aún más difícil cuando los niños son muy pequeños (menores de 3 años), ya que el aprendizaje de la motricidad fina es un proceso muy largo. Antes de poder andar, los bebés gatean, se ponen de pie, se caen, se vuelven a levantar, intentan dar unos pasos, se vuelven a caer... Aprender a nadar en el agua es igual o más difícil.
Afortunadamente, existen opciones para enseñar a nadar a los niños desde pequeños. Ya sea a través de los clubes de la Real Federación Española de Natación (RFEN) y su programa «nadar es vida», de las asociaciones Baby Swim o de las redes profesionales, tu hijo puede aprender a desenvolverse con soltura en el agua y después las habilidades esenciales para salvar vidas a través de programas como Auto-Rescue.
Enseñar a nadar a los niños es esencial
El único inconveniente: ¿qué hacer si tu hijo aún no ha aprendido a salvarse o pierde el conocimiento?
Proteger la piscina: no es obligatorio, pero sí recomendable
Sin sustituir la necesidad de que los niños más pequeños aprendan a nadar, equipar una piscina con material de seguridad es una forma adicional de garantizar la protección contra el ahogamiento, aunque no sea obligatorio en España.
Existen 4 tipos principales: barrera protectora, cobertura de seguridad, alarma o abrigo.
La barrera protectora: para impedir el acceso a la piscina
Las barreras protectoras (o vallas) delimitan físicamente el perímetro de la piscina y deben impedir que un niño entre sin supervisión.
Imagen: barrera protectora
La altura mínima es de 1,1 metros, para que los niños menores de 5 años no puedan trepar por ella. Lógicamente, toda la piscina debe estar vallada, sin dejar ningún paso libre. Además, las barreras deben estar lo suficientemente alejadas del borde de la piscina (al menos 1 metro) para evitar que los niños caigan directamente al agua si las pisan.
También deben tener un sistema de cierre lo suficientemente fuerte como para impedir que los niños lo abran por sí solos.
Cobertura de seguridad o abrigo de piscina: para impedir el acceso directo al agua
A diferencia de las barreras protectoras, las coberturas y los abrigos de seguridad son dispositivos de protección que cubren directamente la superficie del agua. Además de su objetivo de seguridad, estos dispositivos impiden la entrada de hojas y otros elementos indeseables en el agua, y limitan la evaporación y el descenso de la temperatura, facilitando el mantenimiento.
Imagen: cobertura de seguridad
Hay varios tipos de cobertura de seguridad, como las persianas enrollables, las cubiertas de red, las coberturas de barra, etcétera. Lo importante es que la cobertura de seguridad no pueda ser retirada por un niño y que sea lo suficientemente fuerte y rígida (o tensada) como para soportar ser pisada por un adulto sin causarle lesiones. También debe ser imposible que un niño pase por debajo cuando el equipo está colocado.
Imagen: abrigo de piscina
Los abrigos de piscina son estructuras que deben poder cubrir toda la superficie de tu piscina. Ocupan más espacio y son más caras que las coberturas de seguridad, pero proporcionan un mejor sellado contra los elementos y los distintos tipos de polución. Si son lo suficientemente altas, también pueden transformar tu piscina en una piscina cubierta (¡o casi!). La estructura del abrigo debe ser lo suficientemente sólida como para resistir perturbaciones externas importantes, como fuertes ráfagas de viento o una cierta profundidad de nieve.
La alarma de piscina: para avisar de que alguien se ha metido en el agua
Las alarmas para piscinas emiten una señal acústica (y a veces también visual) para advertir de una entrada no deseada en el agua.
Imagen: alarma de piscina
Deben estar activos a cualquier hora del día y de la noche, excepto cuando nadan. Existen diferentes tecnologías (infrarrojos, inmersión, etc.). La alarma no debe poder ser activada o desactivada por el niño solo.
Las alarmas suelen ser menos costosas que las barreras protectoras, las coberturas de seguridad y los abrigos. Pero, a diferencia de estos otros sistemas, una alarma no impide el acceso a la piscina. En lugar de suponer un obstáculo físico, puede confiar en que los adultos reaccionen rápidamente si se dispara la alarma.
Y no olvides que existen otros dispositivos adicionales para tu piscina que también son adecuados para las piscinas elevadas: escaleras, rampas, postes, etc.
Por desgracia, a pesar de su precio a veces elevado, los dispositivos de seguridad de las piscinas no son infalibles. Las puertas pueden dejarse abiertas por error o cerrarse incorrectamente; las coberturas y los abrigos pueden dejarse abiertos porque queremos que el sol caliente el agua durante el verano; las alarmas no protegen directamente y requieren la rápida intervención de un adulto o incluso pueden activarse por error...
Para aumentar el nivel de seguridad, además de la vigilancia de los adultos, enseñe a los niños a nadar y proteja la piscina: equipe directamente al niño con un dispositivo de seguridad adecuado.
La camiseta antiahogamiento, una protección adicional fiable para los niños que no saben nadar
Cuando hablamos de equipar a tu hijo con un dispositivo de seguridad adecuado, puedes pensar en boyas o brazaletes... No es buena idea.
Estos accesorios pueden ayudar con la flotabilidad cuando se aprende a nadar, pero siempre con un adulto al alcance de la mano. Son ineficaces en caso de caída accidental y poco prácticos para sacarlos del agua. Imagine a un niño jugando cerca del borde de una piscina con una boya alrededor de la cintura. Si el niño cayera de repente al agua, la boya podría elevarse hasta el nivel de la cabeza del niño, impidiéndole mantenerse firme en la superficie y haciendo peligrosa la situación sin supervisión inmediata.
Estos equipos, considerados como una ayuda para el aprendizaje de la natación y diseñados para ser llevados en el agua, están sujetos a la norma NF EN 13138. Según esta norma, los fabricantes de estos equipos deben indicar explícitamente en sus instrucciones que estos equipos no protegen contra el ahogamiento.
Para una protección eficaz, se recomienda un chaleco salvavidas o una camiseta antiahogamiento.
Para una protección adecuada, debes considerar un equipo que entre en la categoría de chalecos salvavidas, como la camiseta antiahogamiento Floatee. Está patentada y certificada según un protocolo basado en la norma NF EN ISO 12402 para chalecos salvavidas, lo que la convierte en un equipo de protección individual de categoría III (la más alta).
Esta camiseta antiahogamiento la lleva puesta el niño, es cómoda y no impide el movimiento, e incorpora un chaleco salvavidas hinchable invisible. El dispositivo de seguridad se activa automáticamente en caso de caída al agua (involuntaria o no autorizada, ya que el niño no suele ser consciente del peligro). En menos de 3 segundos, el chaleco salvavidas se infla y devuelve al niño a la superficie del agua, poniéndolo boca arriba para mantener las vías respiratorias fuera del agua. Funciona incluso si el niño está inconsciente, sepa nadar o no.
Esta camiseta destaca por su capacidad para actuar inmediatamente y con independencia de los adultos, ofreciendo una protección adicional accesible e innovadora.
En conclusión, aunque el riesgo nulo no existe, hay varias soluciones complementarias para minimizar el riesgo de ahogamiento de los niños:
- la vigilancia permanente de los adultos
- enseñar al niño a nadar o, como mínimo, a salvarse
- los distintos tipos de equipos de seguridad para piscinas
- protección adecuada llevada directamente por el niño, como una camiseta antiahogamiento
Puedes utilizar todas estas soluciones para una seguridad óptima.
Fuentes: