Según la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, más de 400 personas han muerto ahogadas en España en 2024. Los adultos en las playas son los más afectados, pero también los niños, principalmente en las piscinas. ¿Tienes un niño pequeño y una piscina en casa? Te explicamos los dispositivos de protección disponibles para garantizar una seguridad óptima.
Cada año, la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo nos recuerda las tragedias que pueden ocurrir en las piscinas, un lugar de relajación y placer. Tanto si la piscina es enterrada como si es elevada, y a pesar de los dispositivos de seguridad existentes (barrera, cobertura, alarma, etc.), cada año se producen numerosos accidentes, y los niños pequeños son los más afectados.
La regla más importante sigue siendo la vigilancia constante por parte de los adultos. Pero, esta vigilancia no es infalible, así que ¿cómo proteger a tu hijo del riesgo de ahogamiento?
Dispositivos de seguridad disponibles, obligaciones legales, consejos prácticos... Más información a continuación.
Dispositivos de seguridad disponibles
Existen distintos dispositivos que proporcionan diferentes niveles de protección:
- aumentar la seguridad de la propia piscina,
- o equipo que lleva directamente la persona a proteger (EPI = Equipo de Protección Individual).
Cuando pensamos en proteger a los niños contra el ahogamiento, tendemos a pensar más en la protección en la piscina y menos en los EPI. Pero son perfectamente complementarios. La combinación de ambos aumenta significativamente el nivel de seguridad.
Los dispositivos de seguridad para piscinas varían en función del tipo de piscina (enterrada, elevada, semienterrada, interior, etc.). Algunos de los más conocidos son:
- alarma de piscina
- cobertura de seguridad
- barrera protectora
- abrigo de piscina
¿Cómo elegir entre estos distintos sistemas para piscinas? Depende de la forma de tu piscina, del nivel de seguridad que desees, de la edad de tus hijos y, por supuesto, de tu presupuesto.
Alarmas de piscina
Las alarmas de piscina avisan de que alguien se ha metido en el agua. Emiten una señal acústica (y a veces también visual) para advertir de una entrada no deseada en el agua.
Imagen: alarma de piscina
Deben estar activos a cualquier hora del día y de la noche, excepto cuando nadan. Existen diferentes tecnologías (infrarrojos, inmersión, etc.). La alarma no debe poder ser activada o desactivada por el niño solo.
Las alarmas suelen ser menos costosas (en torno a 200 euros para los modelos básicos) que las barreras protectoras, las coberturas de seguridad y los abrigos. Pero, a diferencia de estos otros sistemas, una alarma no impide el acceso a la piscina. En lugar de suponer un obstáculo físico, puede confiar en que los adultos reaccionen rápidamente si se dispara la alarma.
Coberturas de seguridad
La cubierta de seguridad se despliega sobre la superficie de la piscina para impedir el acceso directo al agua. Además de su función de seguridad, impide que las hojas y otros elementos indeseables entren en el agua, y limita la evaporación y el descenso de la temperatura, facilitando el mantenimiento.
Imagen: cobertura de seguridad
Hay varios tipos de cobertura de seguridad, como las persianas enrollables, las cubiertas de red, las coberturas de barra, etcétera. Lo importante es que la cobertura de seguridad no pueda ser retirada por un niño y que sea lo suficientemente fuerte y rígida (o tensada) como para soportar ser pisada por un adulto sin causarle lesiones. También debe ser imposible que un niño pase por debajo cuando el equipo está colocado.
El precio depende mucho de la tecnología utilizada y de la superficie que se quiera cubrir. Los precios pueden variar desde varios cientos de euros para una simple lona, hasta varios miles o incluso decenas de miles de euros para los modelos con barras motorizadas.
Barreras protectoras
Las barreras protectoras (o vallas) delimitan físicamente el perímetro de la piscina y deben impedir que un niño entre sin supervisión.
Imagen: barrera protectora
La altura mínima es de 1,1 metros, para que los niños menores de 5 años no puedan trepar por ella. Lógicamente, toda la piscina debe estar vallada, sin dejar ningún paso libre. Además, las barreras deben estar lo suficientemente alejadas del borde de la piscina (al menos 1 metro) para evitar que los niños caigan directamente al agua si las pisan.
También deben tener un sistema de cierre lo suficientemente fuerte como para impedir que los niños lo abran por sí solos.
El precio depende de la longitud del perímetro a asegurar y del tipo de barrera (desmontable o fija, de malla, de cristal, de madera, etc.). Los modelos más baratos para piscinas pequeñas cuestan al menos 500 euros por un precio lineal de unos 30 euros por metro, pero en general el coste total asciende a varios miles de euros.
Abrigos de piscina
Al igual que las coberturas de seguridad, los abrigos son dispositivos de protección que cubren directamente la superficie del agua, para impedir el acceso directo al agua cuando el abrigo está cerrado. Los abrigos también facilitan el mantenimiento diario de la piscina, ya que impiden que las hojas y otros elementos indeseables entren en el agua, al tiempo que limitan la evaporación y el descenso de la temperatura.
Imagen: abrigo de piscina
Los abrigos de piscina son estructuras que deben poder cubrir toda la superficie de tu piscina. Ocupan más espacio y son más caras que las coberturas de seguridad, pero proporcionan un mejor sellado contra los elementos y los distintos tipos de polución. Si son lo suficientemente altas, también pueden transformar tu piscina en una piscina cubierta (¡o casi!). La estructura del abrigo debe ser lo suficientemente sólida como para resistir perturbaciones externas importantes, como fuertes ráfagas de viento o una cierta profundidad de nieve.
Una vez más, el precio depende en gran medida de la superficie y la forma de la piscina, así como de los materiales utilizados, pero hay que contar con pagar al menos varios miles de euros. A pesar de su elevado coste, los abrigos de piscina suelen considerarse el mejor tipo de protección, tanto desde el punto de vista de la seguridad como de la estética.
Aunque se trata de dispositivos de seguridad de calidad controlada, ninguno de ellos es completamente infalible, sobre todo cuando se trata de niños pequeños. Las barreras pueden dejarse abiertas por error o cerrarse incorrectamente; las coberturas y los abrigos pueden dejarse abiertos porque queremos que el sol caliente el agua durante el verano; las alarmas no protegen directamente y requieren la rápida intervención de un adulto o incluso pueden activarse por error... Por esta razón, la vigilancia de los adultos y las clases de natación desde una edad temprana siguen siendo esenciales para proteger a los más pequeños. Para una seguridad aún mayor, también es aconsejable añadir un equipo de seguridad adecuado que lleve directamente el niño (EPI), como una camiseta antiahogamiento.
La camiseta antiahogamiento
Cuando hablamos de equipar a tu hijo con un dispositivo de seguridad adecuado, puedes pensar en boyas o brazaletes... No es buena idea.
Estos accesorios pueden ayudar con la flotabilidad cuando se aprende a nadar, pero siempre con un adulto al alcance de la mano. Son ineficaces en caso de caída accidental y poco prácticos para sacarlos del agua. Imagine a un niño jugando cerca del borde de una piscina con una boya alrededor de la cintura. Si el niño cayera de repente al agua, la boya podría elevarse hasta el nivel de la cabeza del niño, impidiéndole mantenerse firme en la superficie y haciendo peligrosa la situación sin supervisión inmediata.
Estos equipos, considerados como una ayuda para el aprendizaje de la natación y diseñados para ser llevados en el agua, están sujetos a la norma NF EN 13138. Según esta norma, los fabricantes de estos equipos deben indicar explícitamente en sus instrucciones que estos equipos no protegen contra el ahogamiento.
Para una protección eficaz, se recomienda un chaleco salvavidas o una camiseta antiahogamiento.
Para una protección adecuada, debes considerar un equipo que entre en la categoría de chalecos salvavidas, como la camiseta antiahogamiento Floatee. Está patentada y certificada según un protocolo basado en la norma NF EN ISO 12402 para chalecos salvavidas, lo que la convierte en un equipo de protección individual de categoría III (la más alta).
Esta camiseta antiahogamiento la lleva puesta el niño, es cómoda y no impide el movimiento, e incorpora un chaleco salvavidas hinchable invisible. El dispositivo de seguridad se activa automáticamente en caso de caída al agua (involuntaria o no autorizada, ya que el niño no suele ser consciente del peligro). En menos de 3 segundos, el chaleco salvavidas se infla y devuelve al niño a la superficie del agua, poniéndolo boca arriba para mantener las vías respiratorias fuera del agua. Funciona incluso si el niño está inconsciente, sepa nadar o no.
Esta camiseta destaca por su capacidad para actuar inmediatamente y con independencia de los adultos, ofreciendo una protección adicional accesible e innovadora.
Y no olvides que existen otros dispositivos adicionales para tu piscina que también son adecuados para las piscinas elevadas: escaleras, rampas, postes, etc. Pero no son obligatorios y no garantizan la capacidad de salvar vidas o, al menos, de alertar en caso de accidente.
Obligaciones legales
En España existe una estricta normativa sobre la calidad del agua, pero no se exige ningún equipo de seguridad. En el caso de residencias de más de 30 casas o pisos con piscina comunitaria, debe haber un supervisor de piscina durante las horas de apertura.
En otros países, el sistema de seguridad de las piscinas puede ser obligatorio, por ejemplo en Francia.
Consejos prácticos para evitar accidentes
Educar a los niños sobre la seguridad en el agua
Para proteger a tu hijo, ¿y si pudiera salvarse a sí mismo?
Sin embargo, saber nadar no es una habilidad innata para tu hijo. Es aún más difícil cuando los niños son muy pequeños (menores de 3 años), ya que el aprendizaje de la motricidad fina es un proceso muy largo. Antes de poder andar, los bebés gatean, se ponen de pie, se caen, se vuelven a levantar, intentan dar unos pasos, se vuelven a caer... Aprender a nadar en el agua es igual o más difícil.
Afortunadamente, existen opciones para enseñar a nadar a los niños desde pequeños. Ya sea a través de los clubes de la Real Federación Española de Natación (RFEN) y su programa «nadar es vida», de las asociaciones Baby Swim o de las redes profesionales, tu hijo puede aprender a desenvolverse con soltura en el agua y después las habilidades esenciales para salvar vidas a través de programas como Auto-Rescue.
Enseñar a nadar a los niños es esencial
Más información sobre la natación infantil
El único inconveniente: ¿qué hacer si tu hijo aún no ha aprendido a salvarse o pierde el conocimiento? Por tanto, la vigilancia de los adultos y el equipo de seguridad siguen siendo esenciales.
Vigilancia de los padres y los adultos
Independientemente del equipo de protección instalado y del nivel de independencia del niño en el agua, los adultos deben permanecer constantemente vigilantes en cualquier circunstancia, para poder intervenir rápidamente en caso necesario. Desgraciadamente, no sólo les ocurre a los demás, como nos recuerdan las estadísticas de la RFESS.
Aquí tienes algunas buenas prácticas más que puedes aplicar para mantener tu mente tranquila (pero siempre alerta 😉 ):
- no dejar nunca que los niños naden solos; un adulto debe acompañarlos siempre en el agua y permanecer a menos de un brazo de distancia
- durante la natación, designar a un solo adulto como responsable de la seguridad, para evitar el «efecto espectador» (que puede producirse cuando varias personas presencian la misma situación de emergencia)
- después de nadar, activar el sistema de protección de la piscina y hacer que el niño lleve una camiseta antiahogamiento
- después de nadar, no deje juguetes ni objetos en la piscina que puedan atraer a los niños
- guarde los productos de tratamiento del agua de la piscina fuera del alcance de los niños, ya que pueden ser peligrosos cuando no se utilizan normalmente
- mantener postes, boyas y teléfonos cerca de la piscina
Técnicas de primeros auxilios que debe conocer
En el hipotético caso de que se produzca un accidente, conocer los procedimientos de primeros auxilios en caso de ahogamiento puede ayudarle a evitar lo peor..
En caso de ahogamiento, siempre hay que dar la alarma lo antes posible. En España, puede utilizar el número único europeo de emergencias (112) o llamar a emergencias sanitarias (061) o a los bomberos (080). Es prioritario seguir las instrucciones de los servicios de emergencia.
Puedes aprender técnicas de salvamento a través de asociaciones autorizadas, como la Cruz Roja.
Si no es así, he aquí algunos pasos a seguir:
- saque rápidamente a la víctima del agua y asegure la zona donde la está colocando
- compruebe si la víctima está respirando: mire si el pecho se eleva, intente sentir su aliento en la mejilla
- si está respirando: colóquela de lado en posición lateral de seguridad (LSP) y espere a que llegue la ayuda
- si no está respirando:
- iniciar la respiración boca a boca con dos insuflaciones
- en caso de reacción (tos, movimiento, etc.), continuar la respiración boca a boca
- si no hay reacción, alterne el masaje cardíaco y la respiración boca a boca hasta que llegue la ayuda. Para los niños menores de 8 años, el ciclo que debe repetirse es de 1 insuflación seguida de 5 compresiones; por encima de esta edad, el ciclo es de 2 insuflaciones seguidas de 15 compresiones.
En conclusión, aunque el riesgo nulo no existe, hay varias soluciones complementarias para proteger la piscina y minimizar el riesgo de ahogamiento de los niños:
- los distintos tipos de equipos de seguridad para piscinas
- protección adecuada llevada directamente por el niño (EPI), como una camiseta antiahogamiento
- enseñar al niño a nadar o, como mínimo, a salvarse
- la vigilancia permanente de los adultos
- aprender técnicas de primeros auxilios en caso de accidente
Utilizar todas estas soluciones es la clave de una seguridad óptima, para que puedas disfrutar de la piscina con tu hijo con total tranquilidad.
Fuentes: