Este artículo trata el tema de las boyas y forma parte de una serie de artículos sobre: ¿Protegen los dispositivos de flotación contra el ahogamiento?
Introducción
Cuando hace buen tiempo, a la gente le gusta ir a nadar para refrescarse, y eso vale también para los niños, ¡sobre todo cuando hace calor! Pero los niños son frágiles, y más aún cuando aún no saben nadar, por lo que hay que equiparlos para protegerlos del ahogamiento. A veces se utilizan boyas con este fin. Pero, ¿son realmente eficaces para prevenir los ahogamientos?
En pocas palabras: la respuesta es no. Las boyas pueden ayudar a los niños a descubrir el agua y el placer de nadar, pero no pueden protegerlos del ahogamiento.
¿Cómo funcionan las boyas?
Las boyas son objetos flotantes diseñados para ayudar a una persona a mantenerse a flote. Funcionan según el principio de flotabilidad: un objeto flota si su densidad es menor que la del agua. Las boyas suelen ser de plástico o espuma ligera e impermeable.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que no están diseñadas para evitar el ahogamiento. Sólo mejoran la flotabilidad, deben utilizarse con un adulto al alcance de la mano y no garantizan que el niño no se dé la vuelta o se salga de la boya.
Se trata de ayudas a la flotabilidad en las que se coloca al niño, que se rigen por la norma europea NF EN 13138-3. No son equipos de salvamento, como los chalecos salvavidas, que se rigen por la norma EN ISO 12402 (-2 a -4).
Los distintos tipos de boyas y sus componentes esenciales
Existen distintos tipos de boyas, desde las sencillas boyas redondas hasta las boyas asiento para bebés. Cada tipo de boya tiene sus ventajas e inconvenientes, y su eficacia depende de la edad y las habilidades de la persona que las utiliza.
Boyas clásicas
Las boyas clásicas, con forma de círculo y que a veces incorporan elementos decorativos como cabezas de animales, son las más comunes. Pueden ser divertidas para jugar en el agua, pero no son ideales para la seguridad de los niños. Pueden volcar fácilmente, dejando la cabeza del niño bajo el agua. Además, no permiten suficiente libertad de movimientos para aprender a nadar.
Boyas con asiento para bebés
A diferencia de las boyas tradicionales, las boyas con asiento incorporan un asiento o una correa bajo la piel (o bajo las nalgas), de modo que el niño queda sentado y no puede salirse de la boya aunque levante los brazos. Este tipo de dispositivo está diseñado para que los bebés o niños muy pequeños (generalmente de menos de 15 kilos) descubran el placer de flotar, con un adulto al alcance de la mano. Sin embargo, este tipo de boya por sí sola no protege contra el ahogamiento: los movimientos del niño están muy limitados y no puede salir por sí mismo de una situación de riesgo, sobre todo si la boya del asiento se da la vuelta.
Boyas hinchables o sólidas
- Boyas hinchables: más ligeras, baratas y fáciles de transportar, están destinadas principalmente a los niños pequeños. Sin embargo, también son más frágiles y propensas a las fugas. Es el tipo de boya más utilizado por los particulares.
- Boyas sólidas: fabricadas con materiales resistentes como el plástico duro o la espuma, estas boyas son más duraderas y ofrecen una mayor flotabilidad. Están destinadas a un público más especializado, como los trabajadores del mar, y se utilizan, por ejemplo, como equipo de seguridad de reserva en caso de caída al agua desde la cubierta de una embarcación.
Componentes esenciales
En particular, para boyas hinchables para niños:
- Marcaje CE: las boyas deben llevar el marcaje CE, que certifica que cumplen las normas de seguridad europeas.
- Norma NF EN 13138-3: esta norma Afnor especifica los requisitos de seguridad y los métodos de ensayo aplicables a las ayudas a la flotación en las que se coloca a los niños.
- Edad y peso: las boyas deben indicar la edad y el peso mínimos y máximos del niño para el que están diseñadas.
- Advertencias de seguridad: las boyas deben llevar advertencias de seguridad claras y legibles, como «No protege contra el ahogamiento» y «Utilizar bajo supervisión de un adulto».
Sea cual sea el tipo de boya que elijas, es importante que compruebes que cumple las normas de seguridad vigentes y que es adecuada para la altura y el peso de tu hijo. En el caso de las boyas hinchables, también es importante comprobar que están correctamente infladas (ni demasiado ni demasiado poco) y que no tienen fugas.
¿En qué condiciones pueden utilizarse las boyas hinchables para niños?
Estas boyas están diseñadas para niños que empiezan a familiarizarse con el agua y necesitan apoyo para flotar. Pueden ayudar a dar una sensación de seguridad en el agua.
Están diseñados para su uso en aguas tranquilas y poco profundas, como piscinas, lagos o mares con pocas olas. No son adecuados para aguas agitadas o corrientes fuertes.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que no es recomendable utilizar boyas para aprender a nadar. Las boyas pueden dar a los niños una falsa sensación de seguridad e impedirles desarrollar las habilidades que necesitan para nadar correctamente. La flotabilidad extra que proporciona una boya no permite al niño estar en condiciones reales y, por tanto, adquirir plenamente la técnica y la fuerza necesarias para mantenerse a flote por sí mismo. Al dificultarle la tarea de meter la cabeza bajo el agua, pueden ser contraproducentes: el niño no adquiere la soltura necesaria para salir a la superficie tranquilamente y, por el contrario, puede entrar en pánico en cuanto pierda pie o resbale de la boya. Por no hablar del hecho de que los movimientos están muy limitados en una boya, lo que impide nadar de forma independiente.
Las boyas son buenas para los niños muy pequeños que aún no tienen fuerza suficiente para mantenerse a flote por sí solos, para ayudarles a descubrir el medio acuático y empezar a ganar confianza. Pero no se recomiendan para aprender a nadar y no son garantía contra el ahogamiento. No sustituyen la supervisión constante de un adulto. Es esencial no dejar nunca a un niño sin supervisión cerca del agua, aunque lleve una boya.
Recomendaciones de seguridad
Sea cual sea el dispositivo de ayuda a la flotación que elija, es esencial que respete las siguientes instrucciones de seguridad:
- Nunca deje a los niños sin supervisión cerca del agua, aunque lleven una boya u otro dispositivo de flotación. Los adultos deben estar constantemente vigilantes.
- Enseñar a nadar a tu hijo desde pequeño. La mayoría de los programas empiezan a los 4 años, pero también es posible aprender reflejos salvavidas incluso antes.
- Elige zonas de baño vigiladas.
- Respete las instrucciones de seguridad y las prohibiciones de baño.
Las boyas pueden ayudar a los niños a familiarizarse con el agua desde una edad temprana. Sin embargo, no protegen contra el ahogamiento y no sustituyen la supervisión constante de un adulto.
Los equipos diseñados para evitar el ahogamiento incluyen chalecos salvavidas o soluciones antiahogamiento, que entran dentro de la norma ISO 12402.